sábado, septiembre 16, 2006

 







Viernes 25 de agosto de 2006 (Phnom Penh)






Este hotel tan bueno nos ofreció un desayuno bastante escaso.

Salimos con el grupo a visitar el Museo Toul Sleng (2$), que es un antiguo colegio que fue transformado en cárcel por los Jemeres Rojos. Esto solía ser la antesala de los campos de exterminio, y por ellos pasaron tanto camboyanos como extranjeros antes de ser ejecutados. Todavía olía a quemado y a muerte, está demasiado reciente. Fui incapaz de filmar nada, pero Jose sí que hizo fotos.

Conservan intactas las aulas transformadas en celdas, y las camas donde mataron a los 12 últimos prisioneros, atados a ellas cuando llegaron los vietnamitas para liberarlos de la opresión jemer. Están enterrados en el jardín del museo. Completa el conjunto la exposición de fotos de algunas víctimas y de algunos autores de este genocidio (entre ellos, Pol Pot).

Un poco descompuestos, nos fuimos a visitar el Palacio Real. La entrada cuesta 3$. Hacer fotos 2$. Cámara de vídeo 5$. Si no quieres usarlas, hay que dejar las cámaras en unas taquillas a la entrada. Como siempre, hace muuuuucho calor. El Palacio Real está bonito, pero a estas alturas no nos impresionamos tanto como al principio. Pasamos de la visita guiada y lo visitamos por nuestra cuenta.

Al terminar, nos fuimos andando hasta el Museo Nacional (Entrada: 2$; Fotos: 1$; Video: 2$; te exigen pagar en dólares, si intentas pagar en riels, la moneda nacional, tienes que pelearte con la taquillera para que te los acepte), que nos pareció aburrido. (Perdón, amantes de las piedras). Quizá estábamos ya un poco cansados, pero preferimos el contacto con la gente, paisajes, gastronomía, costumbres, en fin, lo VIVO. Había niños pidiendo en la puerta del Museo de una forma un poco agresiva.

En autobús llegamos al Wat Phom, símbolo de la ciudad (1$) . Había que subir a pie un poco para llegar, pero no tanto como nos dijeron al principio.

Tras la visita, nos llevaron a la ribera del río (riverside), sitio turístico por excelencia. El grupo se dispersó un poco para que la comida fuese más operativa, aunque coincidimos con Tere, Fernando, Concha y Chelo. Ya no queríamos más comida oriental, así que ante el estupor de Concha, Jose pidió lasaña y yo pizza. Nos costó comer 12$ los dos. Mientras comíamos, vinieron muchos niños a pedirnos dinero, a vendernos periódicos en inglés, a limpiarnos los zapatos, etc.

Recuperamos al grupo y dimos un paseíto muy, pero que muy agradable en barco por el río. Fuimos hasta un pueblo flotante vietnamita, vimos más niños lanzándose al agua desde los árboles, gente lavándose en el río y muchas escenas cotidianas. La sensación definal del viaje se agudizaba por momentos.













Tras el paseo por el río, volvimos al autobús que nos dejó en el Mercado Central, que cerraba las 5, oséa, que llegamos a lo justo, aunque los cientos de puestos que están alrededor del Mercado cierran un poco más tarde.

Después de esta visita, volvimos caminando hasta el hotel. La ciudad es un torbellino de tráfico y gente. Entramos de nuevo en el ciber del día anterior para llamar a España a mi mami.

Compramos cosas en el super y cenamos en el hotel.

El día ha sido muy caluroso.

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