martes, septiembre 05, 2006
Martes 15 de agosto de 2006 (Udon Thani - Khon Kaen - Phimai - Wat Prasat Phanom Wan - Nakhon Ratchasima)
EN ESTA TIENDA VENDÍAN LAS PAPELERAS HECHAS CON NEUMÁTICOS
Por fin hizo buen tiempo todo el día.
Salimos temprano hacia Nakhon Ratchasima. Ese día circulamos todo el tiempo por autovía.
Al llegar a Khon K
aen, Luis, el guía local nos llevó a “una fábrica de seda”, que no era tal, sino una simple tienda. No nos gustó nada, Años Luz no suele hacer estas cosas y muchos viajeros nos mosqueamos y se lo hicimos saber a Víctor que, sin embargo, intentó justificar a Luis porque "si no pasamos por el aro ningún guía tailandés querrá trabajar con Años-Luz".
Nos fuimos a dar una vuelta y a hacer una foto y volvimos al autobús a la hora prevista, pero como aún no había nadie, nos acercamos a un mercado que estaba al lado para matar el tiempo; cuando regresamos, estaba todo el mundo en el autobús, esperándonos, pero que quede claro que a la hora prevista los únicos puntuales fuimos nosotros.
Continuamos tirando millas hasta llegar al templo Phimai, en la localidad del mismo nombre. Preferimos hacer la visita por nuestra cuenta.
Al terminar, y tras dar una vuelta por el pueblo, comprar cosas para los sobrinos y renunciar a ir al Museo (hacía demasiado calor) fuimos a comer a un restaurante "fino", donde comimos pollo con salsa de anacardos, rollitos imperiales y un guiso de langostinos (300 bahts los dos, incluidas las cervezas). Al ágape se sumaron Enrique y Carmen.
Volvimos al sitio donde habíamos quedado con el resto del grupo a la hora prevista, pero no estaban ni el autobús ni la mayoría del grupo; sólo estábamos Gustavo, Enrique, Carmen, Manuel, Gabriel, Concha y nosotros dos. Estuvimos un rato esperando hasta que apareció Luis en un songthaew, llamándonos con sus malos modales habituales (¡¡¡venga, venga, venga!!!) para que subiéramos, sin decirnos a dónde íbamos ni por qué faltaba tanta gente. Al final resultó que había llevado a la gente a comer a un restaurante que estaba en las afueras, usando el autobús del grupo, y sin encomendarse a nadie. Cosas de Luis.
Tras reencontrarnos con el resto del grupo, subimos al autobús y nos fuimos a visitar el templo Prasat Phanom Wan. Hacía mucho calor.
Tras la visita, hicimos unos kilómetros más y llegamos a Nakhon Ratchasima.
Para culminar un día poco afortunado, el hotel estaba muy sucio y descuidado, igual que toda la ciudad, que no tenía nada de interés. El aire acondicionado no funcionaba y había bichos en el baño.
Fuimos paseando hasta el único monumento de la ciudad, al que los lugareñoa hacían ofrendas, y luego visitamos varios mercados nocturnos, que estaban junto al hotel.
Como la ciudad estaba tan sucia como el hotel, cenamos en la habitación, esperando que la noche pasara pronto.
Salimos temprano hacia Nakhon Ratchasima. Ese día circulamos todo el tiempo por autovía.
aen, Luis, el guía local nos llevó a “una fábrica de seda”, que no era tal, sino una simple tienda. No nos gustó nada, Años Luz no suele hacer estas cosas y muchos viajeros nos mosqueamos y se lo hicimos saber a Víctor que, sin embargo, intentó justificar a Luis porque "si no pasamos por el aro ningún guía tailandés querrá trabajar con Años-Luz".Nos fuimos a dar una vuelta y a hacer una foto y volvimos al autobús a la hora prevista, pero como aún no había nadie, nos acercamos a un mercado que estaba al lado para matar el tiempo; cuando regresamos, estaba todo el mundo en el autobús, esperándonos, pero que quede claro que a la hora prevista los únicos puntuales fuimos nosotros.
Continuamos tirando millas hasta llegar al templo Phimai, en la localidad del mismo nombre. Preferimos hacer la visita por nuestra cuenta.
Al terminar, y tras dar una vuelta por el pueblo, comprar cosas para los sobrinos y renunciar a ir al Museo (hacía demasiado calor) fuimos a comer a un restaurante "fino", donde comimos pollo con salsa de anacardos, rollitos imperiales y un guiso de langostinos (300 bahts los dos, incluidas las cervezas). Al ágape se sumaron Enrique y Carmen.
Volvimos al sitio donde habíamos quedado con el resto del grupo a la hora prevista, pero no estaban ni el autobús ni la mayoría del grupo; sólo estábamos Gustavo, Enrique, Carmen, Manuel, Gabriel, Concha y nosotros dos. Estuvimos un rato esperando hasta que apareció Luis en un songthaew, llamándonos con sus malos modales habituales (¡¡¡venga, venga, venga!!!) para que subiéramos, sin decirnos a dónde íbamos ni por qué faltaba tanta gente. Al final resultó que había llevado a la gente a comer a un restaurante que estaba en las afueras, usando el autobús del grupo, y sin encomendarse a nadie. Cosas de Luis.
Tras reencontrarnos con el resto del grupo, subimos al autobús y nos fuimos a visitar el templo Prasat Phanom Wan. Hacía mucho calor.
Tras la visita, hicimos unos kilómetros más y llegamos a Nakhon Ratchasima.
Para culminar un día poco afortunado, el hotel estaba muy sucio y descuidado, igual que toda la ciudad, que no tenía nada de interés. El aire acondicionado no funcionaba y había bichos en el baño.
Fuimos paseando hasta el único monumento de la ciudad, al que los lugareñoa hacían ofrendas, y luego visitamos varios mercados nocturnos, que estaban junto al hotel.
Como la ciudad estaba tan sucia como el hotel, cenamos en la habitación, esperando que la noche pasara pronto.
