lolishy en Laos, Tailandia y Camboya

Esa noche si que cayo el monzon, la lluvia de los dias anteriores fue pecata minuta. Estaba previsto levantarse a las 5 de la manana para ir a ver a los monjes recibir su comida, pero como somos de Cadiz y escuchamos llover a cantaros, decidimos que seguramente se habia anulado esa actividad, pero no, habian salido casi todos y nos quedamos sin ver a los monjes.

No nos vino mal levantarnos un poco mas tarde, como a las 8, desayunamos y el grupo se burlo de nosotros por no haber ido con ellos.

Seguia lloviendo. Fuimos a ver unas cascadas, y por el camino paramos en un poblado de la minoria etnica H'mong (se pronuncia jamon, el que tanto echamos de menos cuando viajamos). Al principio habia 4 ninos, y les regalamos unos globos biodegradables que llevabamos de Cadiz. 20 segundos mas tarde estabamos rodeados por 400 ninos mas, reclamando su parte. Repartimos los que pudimos, hasta terminar con el paquete, y dimos un paseo por el poblado, bastante arriesgado, por cierto, porque con la lluvia aquello era un barrizal. Todos se reian de nosotros, esperando a ver si algun Falang se caia, pero aguantamos el tiron. Sin embargo, los ninos estaban por alli, descalzos, corriendo arriba y abajo, sin nadie que los vigilara y ninguno se caia. Compramos unas pulseritas.
Mas tarde, paramos al ver a un elefante (elefanta) y por unos kips nos dieron unos platanos para darle de comer. Por cierto, la moneda de Laos es el Kip, 10.000 kips = 1 dolar.

Dejo de llover al fin.

Llegamos a las cascadas (15000 kips) y curiosamente, no me bane, y Jose, como siempre, subio hasta lo alto, porque "las fotos no salen igual desde abajo". Habia zona de picnic para gente local. De todas formas, las cascadas no eran nada del otro mundo, por eso nos fuimos caminando hasta el poblado. Compramos dos camisetas por 2 dolares cada una, una mascara de madera representando a un elefante tricefalo que costo 3 dolares, y dos fundas para cojines, por 1 dolar la unidad.

Volvemos al hotel, y almorzamos en el restaurante de enfrente, para variar, pero decidimos que el habitual era mejor. Jose pidio rollitos primavera y la traen un curry de pollo, "porque se han terminado los rollitos, sorry, mister", eso si, con la mejor de las sonrisas.

Nos fuimos en tuk-tuk al centro, y compramos un gorro laosiano para mi, de esos conicos que se ven en todas las peliculas de vietnamitas, pero me duro tres minutos, porque lleva una especie de casco interior del mismo material que el gorro que se clava en la frente como un silicio, asi que lo dejamos sobre una tapia para que alguien le diese mejor uso. Enseguida paso un senor que le echo la vista y las manos encima, y lo cogio, pero al ver que lo estabamos mirando, se corto y lo volvio a dejar en el mismo sitio. Tuvimos que convencerle para que se lo llevase, y al final se fue feliz con su gorro.

Volvimos al callejon de las comidas preparadas a hacer mas fotos de dia, pero de nuevo no pudimos comer porque era muy temprano.

Repetimos templos: Wat Mai y Wat Po Phoy.

Fuimos a un ciber, escribimos en el blog y descargamos las fotos de la tarjeta y las grabamos en un dvd.

Volvimos al hotel en tuk-tuk, duchita y salimos a cenar, pero como es lunes, estaba todo cerrado (igual que en Cádiz). Compramos en la tienda de enfrente cervecitas y patatas y abrimos una lata de melva y otra de jamon york, reservadas para ocasiones como estas, y cenamos en casa. Al dia siguiente nos iriamos de Luang Prabang. Esta ciudad es punto indispensable de este viaje, sin duda.